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🛒 Recomendaciones para comprar frutas y verduras frescas

Elegir bien los productos frescos es clave para cuidar tu salud y evitar el desperdicio de alimentos. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos para que tu compra sea saludable, segura y sostenible.

✅ Prefiere productos frescos y en buen estado

  • Elige frutas y verduras de apariencia firme, color vivo y aroma natural.
  • Evita las que estén golpeadas, blandas, con moho o señales de insectos. 
  • Las frutas o verduras cortadas deben estar refrigeradas o sobre hielo; no compres paquetes abiertos o dañados. La refrigeración permite preservar su calidad e inocuidad.
  • Las versiones congeladas también son una opción: mantienen el valor nutricional y son prácticas.

👉 Si compras enlatados o en conserva, elige aquellos sin sal, azúcar ni grasa añadida.

👀 Los productos con cortes o magulladuras se deterioran más rápido y pueden perder nutrientes.

✅ Cuida la inocuidad al comprar

  • Separa siempre frutas y verduras de carnes, pescados o mariscos dentro del carro o canasto.
  • Coloca las carnes crudas en bolsas cerradas para evitar el contacto con los productos frescos. 
  • Mantén las frutas y verduras alejadas de productos químicos domésticos.

👉 Recuerda: Los jugos o líquidos de carnes crudas pueden contener bacterias patógenas o dañinas que contaminan los vegetales.

✅Verifica la frescura y la fecha de vencimiento

  • Revisa las fechas de caducidad o consumo preferente en productos envasados.
  • Compra solo la cantidad que puedas consumir antes de esa fecha para evitar desperdicios.
  • Planifica tu compra semanal según los alimentos que realmente vas a usar.

✅ Elige productos de temporada

  • Prefiere frutas y verduras de estación: son más sabrosas, nutritivas, económicas, con menos residuos de pesticidas y con menor huella ambiental. 

👉 Consulta el calendario de frutas y hortalizas de temporada de tu país. Si tu país no cuenta con guías oficiales sobre estacionalidad o alimentos de temporada, puedes adaptar las guías internacionales:
USDA Seasonal Produce Guide
Foodland Ontario – Canadá
Calendario de Frutas y Verduras de temporada de España

👀 Fíjate en el precio: cuando una fruta o verdura está en su punto de cosecha local, abunda y su valor baja naturalmente. En cambio, los productos importados o fuera de temporada suelen ser más caros por los costos de transporte y conservación.

✅ Prefiere opciones orgánicas o de producción sostenible

  • Si tu prepupuesto lo permite, elige frutas y verduras orgánicas. Así reduces tu exposición a los pesticidas sintéticos (sustancias potencialmente dañinas especialmente en niños y embarazadas), y apoyas una alimentación más sostenible.
  •  Si tu presupuesto es limitado prioriza comprar orgánicos solo en los productos que suelen tener más residuos de pesticidas (fresas, manzanas, hojas verdes, uvas).

👉 Consulta la guía “Docena Sucia” del Environmental Working Group (EWG). También puedes consultar la lista de los “15 más limpios”, con los alimentos más seguros en este aspecto. 

👀 Usa estas listas como orientación, no como verdad absoluta. Consulta los programas de vigilancia de residuos de plaguicidas de tu país.

  • Si tu presupuesto no lo permite, no dejes de comer frutas y verduras por no ser orgánicas. Es mejor comer vegetales convencionales que no comerlos. Los beneficios nutricionales superan ampliamente los riesgos por residuos.

docena sucia 2025

Compra setas y hongos con precaución

  • Adquiérelos solo en lugares establecidos o productores reconocidos.
  • Evita recolectarlos por cuenta propia, ya que existen muchas especies venenosas difíciles de distinguir.

Usa una guía de selección inteligente

Para elegir con más confianza, puedes revisar las siguientes tablas prácticas:

 Tabla 1: Recomendaciones para seleccionar verduras.

VerduraPrefieraEvite
Acelga Hojas firmes, brillantes y de color verde uniforme. Hojas grandes o amarillentas y tallos fibrosos.
Achicoria Hojas sanas, firmes y de buen color. Marchitas, pardas o con daño de insectos.
Ajo Cabezas firmes, secas y compactas, sin brotes. Huecas o amarillentas, con brotes verdes.
Alcachofa Compactas, pesadas y firmes, que crujen al apretarlas. Flojas, blandas o sin frescura.
Apio Tallos firmes, crujientes y hojas verdes. Tallos blandos o con manchas.
Berenjena Cáscara lisa, brillante y color uniforme. Piel arrugada, manchas o textura blanda.
Betarraga Redondas, firmes y de color rojo intenso. Muy grandes, blandas o con hojas marchitas.
Brotes Firmes, secos, y de color uniforme. Con zonas húmedas, oscuras, viscosas o mal olor
Brócoli Racimos compactos, color verde brillante. Flores abiertas o color amarillento.
Calabacín Pequeño, firme, brillante y sin manchas. Magullado o con partes blandas.
Cebolla Firme, seca y sin brotes. Con cuello blando o manchas oscuras.
Coliflor Cabeza compacta, firme y blanca. Con manchas cafés o partes blandas.
Espárrago Puntas cerradas, tallos rectos y firmes. Golpes, manchas o tallos flácidos.
Espinaca Hojas verdes, brillantes y frescas. Marchitas o con manchas oscuras.
Lechuga Hojas crujientes y color verde brillante. Hojas marchitas o bordes pardos.
Pimentón Piel lisa, brillante y tallo verde. Zonas hundidas o arrugadas.
Zanahoria Naranja intenso, firme y piel lisa. Blanda, flácida o con manchas.
Papa Lisas, firmes y sin brotes. Con brotes, zonas verdes o blandas.
Tomate Color rojo uniforme, piel lisa y firme. Blandos, con grietas o manchas.

Tabla 2: Recomendaciones para seleccionar frutas.

FrutaPrefieraEvite
Manzana Firme, sin magulladuras, piel lisa. Blanda, con zonas oscuras o grietas.
Albaricoque (damasco) Color anaranjado intenso, suave al tacto y aroma dulce. Pálido, duro o con manchas.
Ananá (piña) Fragante, firme y hojas verdes; base dulce al olerla. Con moho o hojas marchitas.
Chirimoya Verde claro o amarillenta, cede levemente a la presión. Muy madura o con manchas oscuras.
Cereza Grande, firme y brillante; tallos verdes y frescos. Blandas, arrugadas o con moho.
Arándano Color azul brillante, firmes y secos. Blandos o acuosos.
Frutilla (fresa) Rojo brillante, aroma fresco y tallos verdes. Pálidas o con moho.
Naranja Piel firme, brillante y aroma fresco. Manchas o zonas blandas.
Mango Cede ligeramente al tacto y con aroma agradable. Verde o con olor fermentado.
Durazno Ligeramente blando y fragante. Verde o muy blando.
Melón Fragante, firme y base ligeramente blanda. Puntos blandos o sin aroma.
Pera Sin manchas; cuello cede al presionar. Golpeadas o marrones.
Plátano Firme y amarillo con pocas manchas. Verde o excesivamente blando.
Sandía Firme, pesada, color uniforme y sonido “hueco”. Grietas o abolladuras.
Uva Granos firmes y piel tersa, tallos verdes. Granos blandos o desprendidos.
Papaya Amarilla o parcialmente amarilla y aroma dulce. Verde o con mal olor.
Palta (aguacate) Firme, sin manchas, cede levemente al tacto. Muy blanda o con puntos negros.
Limón Amarillo brillante, firme y pesado. Blandos, arrugados o con manchas.

Estas tablas te ayudarán a reconocer fácilmente los signos de frescura, color, textura y calidad de cada producto 👀.

 

Recomendaciones para el almacenamiento seguro de frutas, verduras y frutos secos 

Las frutas y hortalizas son alimentos vivos: respiran, maduran y cambian con el tiempo. Una buena conservación ayuda a mantener su sabor, textura, nutrientes y seguridad alimentaria, además de reducir el desperdicio de alimentos. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para conservar su frescor y propiedades por mayor tiempo.

Frutas y Hortalizas frescas

Mantén la temperatura adecuada

  • Guarda la mayoría de las frutas y verduras frescas en el refrigerador entre 1 y 4 °C (35–40 °F).
  • No sobrecargues el refrigerador: el aire debe circular para mantener el frío uniforme.
  • Refrigere todo lo cortado o pelado, incluyendo productos precortados comprados.

Separa frutas y verduras

  • Guárdalas en compartimentos o bolsas distintas para evitar contaminación cruzada y transferencia de olores.
  • Las frutas que producen etileno (como manzanas, plátanos o tomates) aceleran la maduración de otras frutas y verduras; mantenlas aparte.

No laves antes de guardar

  • Lava solo antes de consumir o preparar, bajo agua corriente fría, para eliminar residuos de tierra, pesticidas o bacterias.
  • El exceso de humedad favorece la aparición de mohos o pudrición.

Controla la humedad

  • Usa bolsas o recipientes perforados o con cierre ajustable.
  • Las verduras de hojas (como la lechuga o la espinaca) se conservan mejor envueltas en papel absorbente dentro de un envase.
  • Las bolsas plásticas selladas acumulan humedad y favorecen moho.

Casos especiales

🌿 Verduras de hoja: Lava las hojas bajo agua corriente fría, escúrrelas y sécalas bien antes de guardarlas en bolsas perforadas o recipientes ventilados.

🍅 Tomates: guárdalos a temperatura ambiente hasta que maduren.

🥔 Papas, cebollas y zapallos: mantenlos en un lugar fresco (10–15 °C), seco y ventilado, lejos del sol.

🥕 Zanahorias, rábanos y betarragas: corta las hojas antes de refrigerar; así duran más.

Frutas y Hortalizas procesadas

Enlatadas o en conserva

  • Guarda en un lugar fresco y seco (10–25 °C).
  • Aunque se pueden consumir después de la fecha “mejor si se usa antes de…”, su calidad puede disminuir.
  • Desecha latas abombadas, oxidadas o con fugas.
  • Una vez abiertas, refrigera y consume en 3 a 4 días.

Congeladas

  • Mantén a –18 °C o menos.
  • No vuelvas a congelar frutas o verduras descongeladas.
  • Sella bien las bolsas o envases para evitar la “quemadura por congelación”.

Deshidratadas o secas

  • Almacena en recipientes herméticos, en lugar fresco y oscuro.
  • Una humedad ambiental alta puede endurecerlas o favorecer hongos.

Frutos secos

Ideal para: nueces, almendras, maní, semillas y avellanas.

  • Guarde en frascos o bolsas herméticas, en lugar fresco, seco y oscuro.
  • Evite la exposición al sol y al calor, que aceleran la rancidez.
  • Si el ambiente es cálido o húmedo, almacene en refrigerador o congelador.
  • No mezcle frutos secos sin tostar con los ya tostados: tienen diferentes tiempos de conservación.
  • Antes de consumir, revise el olor: si es rancio o amargo, no los consuma.

📌Consejos extra

  • Aplica el método FIFO (First In, First Out): coloca los productos nuevos detrás de los antiguos para usarlos antes.
  • Revise con frecuencia estado de las frutas, verduras y frutos secos y retire los productos dañados o con moho para evitar la contaminación del resto.
  • Si dudas, descarta. los alimentos con mal olor, color o textura blanda deben compostarse o eliminarse.
  • Evita contaminación cruzada: mantenga las frutas y verduras separadas de carnes, pescados y mariscos crudos.
  • Controla la temperatura del refrigerador (≤ 4 °C) y limpia regularmente para evitar contaminación cruzada.

Tabla 3:Tiempo de almacenamiento recomendado para distintas frutas y hortalizas.

ProductoLugarDuración
Verduras y hortalizas
Apio 1 semana
Berenjena 1 semana
Betarraga 2 semanas
Brócoli 3–5 días
Calabaza de invierno 1–2 meses
Calabacín (zapallo italiano) 4–5 días
Cebolla 2–3 meses 7 días (cortada)
Espinaca o acelga 5–7 días 8 meses
Lechuga 5–7 días
Papas 2–3 meses
Zanahorias 2–3 semanas
Frutas
Manzanas Hasta madurar 1 mes 8–12 meses
Duraznos / nectarinas Hasta madurar 5 días 10–12 meses
Plátanos Hasta madurar 5 días
Cítricos (naranjas, limones) Hasta madurar 2 semanas
Bayas (frutillas, moras, arándanos) Hasta madurar 3 días 12 meses

Tabla 4:Recomendaciones de almacenamiento para distintas frutas y hortalizas.

GrupoConsejosEvidencia
Verduras de hoja Lavar, secar y guardar en recipiente ventilado con papel absorbente. Estudio sobre extensión de frescura en refrigeración.
Manzanas Madurar a temperatura ambiente. Guardar secas y sin lavar en bolsas perforadas dentro del refrigerador. Mantener separadas de otras frutas. El frío mantiene su textura y sabor; el etileno acelera la maduración de otros productos.
Plátanos (bananos) Dejar madurar a temperatura ambiente; no refrigerar antes de madurar. Una vez maduros, refrigerar por pocos días. El frío produce “daño por enfriamiento”, con manchas oscuras y pérdida de sabor.
Bayas (frutillas, moras, frambuesas) Desechar las dañadas. Guardar sin lavar, en contenedor perforado en el refrigerador. No quitar pedúnculos verdes. La humedad promueve el crecimiento de mohos; mantenerlas secas y frías reduce la descomposición.
Brócoli Guardar sin lavar en bolsa perforada en el refrigerador. Consumir en 3–5 días. Requiere alta humedad y baja temperatura (≈4 °C) para conservar su color y textura.
Calabacín (zapallito italiano) Guardar en bolsa perforada o abierta en el refrigerador. Lavar justo antes de usar. La perforación evita condensación y retrasa la pudrición.
Espárragos Refrigerar envueltos en toalla húmeda o de pie en un vaso con agua fría. Mantener la base hidratada reduce la pérdida de turgencia y marchitamiento.
Betarraga (remolacha) Quitar hojas, guardar raíces sin lavar en bolsa perforada en el refrigerador (hasta 3 semanas). Congelar cocidas hasta 12 meses. Separar hojas evita que absorban humedad de la raíz; conservar sin lavar prolonga la vida útil.
Zanahorias, rábanos, nabos Quitar hojas y guardar raíces sin lavar en bolsas plásticas dentro del refrigerador. Las hojas extraen agua del bulbo; la humedad controlada evita que se ablanden.
Maíz Consumir pronto; guardar con cáscara en bolsa plástica dentro del refrigerador. La cáscara retiene humedad y el frío preserva azúcares naturales.
Uvas Guardar sin lavar en bolsa perforada en el refrigerador. Lavar justo antes de comer. El exceso de humedad favorece moho; el frío ralentiza la descomposición.
Hierbas frescas (perejil, cilantro, albahaca) Guardar en bolsas plásticas en el refrigerador. Algunas duran más con los tallos en agua. Requieren humedad moderada; el exceso las marchita y la sequedad las deshidrata.
Lechuga y hojas verdes (espinaca, rúcula, acelga, kale) Lavar y secar bien antes de guardar en el refrigerador. Guardar en recipiente o bolsa perforada con una hoja de papel absorbente. El papel regula la humedad, absorbiendo el exceso y evitando manchas o pudrición.
Melones (sandía, melón calameño) Dejar madurar a temperatura ambiente; refrigerar una vez maduros o cortados, cubiertos. El frío conserva la pulpa y ralentiza la fermentación.
Duraznos, nectarinas, peras Madurar a temperatura ambiente; luego refrigerar sin lavar en bolsa perforada. Maduran mejor fuera del frío; la refrigeración prolonga su frescura.
Cebollas (amarillas, rojas, blancas) Guardar enteras, secas, en lugar fresco, oscuro y ventilado. Cebollas verdes: refrigerar sin lavar. Necesitan ventilación; la humedad y la luz promueven moho y brotación.
Porotos verdes o ejotes Guardar en bolsa plástica abierta en el refrigerador. Usar dentro de una semana. El frío conserva la firmeza; las bolsas abiertas permiten respiración del vegetal.
Cítricos (naranjas, limones, mandarinas) Almacenar a temperatura ambiente fresca o refrigerar hasta 2 semanas. Su piel gruesa tolera temperatura ambiente; el frío prolonga jugosidad.
Papas y camotes Guardar sin lavar, en lugar oscuro, seco y ventilado (10–15 °C). No refrigerar. El frío convierte el almidón en azúcar, alterando sabor y textura.
Tomates Guardar enteros y sin lavar a temperatura ambiente, lejos del sol. Los cortados o cocidos: refrigerar y consumir en 2 días. Refrigerar tomates inmaduros altera el sabor; solo los maduros toleran refrigeración breve.

🍽️ Recomendaciones en la preparación de frutas, verduras y hortalizas

La correcta manipulación y preparación de frutas y verduras no solo garantiza su seguridad e inocuidad, sino también una mejor conservación de sus nutrientes, sabor y textura.
A continuación encontrarás consejos prácticos basados en la evidencia más reciente.

Preparación previa al consumo

  • Lava siempre frutas y verduras enteras antes de cortarlas o pelarlas, incluso si retirarás la cáscara.
    👉 Así evitas que la suciedad o microorganismos pasen al interior del alimento.
  • Usa agua potable corriente, frotando suavemente o con cepillo limpio para las de piel firme.
    🚫 No uses jabón, detergente ni cloro doméstico.
  • Frutas y verduras delicadas (como frutillas, hierbas o hojas verdes): enjuágalas en un colador bajo el chorro de agua.
  • Evita remojarlas: el exceso de agua causa pérdida de vitaminas hidrosolubles.
  • Descarta hojas externas dañadas y corta con cuchillos bien afilados para conservar textura y nutrientes.
  • Minimiza el tiempo entre el corte y el consumo para evitar oxidación y pérdida de color.

Prefiere métodos de cocción suaves, como:

    • Al vapor o baño maría: conservan mejor los nutrientes y el color.
    • Al papillote: cocinar en horno envolviendo los vegetales en papel aluminio con un toque de aceite de oliva.
    • En olla a presión: reduce el tiempo de cocción y las pérdidas vitamínicas.
    • Salteado rápido tipo "wok" con una pequeña cantidad de aceite saludable.

👉 Las cocciones prolongadas y temperaturas muy altas, destruyen vitamina C y  folato, y modifican el color y sabor natural de los vegetales.

Si cocinas en agua:

    • Usa la menor cantidad posible y tapa la olla.
    • Introduce los vegetales en agua ya hirviendo, no fría.
    • Corta en trozos grandes y cocina solo el tiempo justo, hasta que estén “al dente”.
    • Evita añadir bicarbonato de sodio para mantener el color verde: destruye vitamina C y folatos.
    • Aprovecha el agua de cocción (si los vegetales son orgánicos o de baja carga de nitratos): contiene minerales y vitaminas hidrosolubles.
      💡 Puedes usarla en sopas, cremas o congelarla en cubos para caldos.

👀 Si los vegetales provienen de agricultura convencional y tienen alto contenido de nitratos (espinaca, acelga, betarraga), desecha el caldo de cocción.

 Agrega una pequeña cantidad de grasa saludable (aceite de oliva, palta, frutos secos o semillas) a tus ensaladas o platos vegetales para facilitar la absorción de β-caroteno y licopeno (ver fitoquímicos).

Añade hierbas frescas o secas, y especias para potenciar el sabor y reducir el contenido de sal. En lugar de añadir sal en exceso, realza tus platos con hierbas y especias. 

👉 Estos ingredientes aportan antioxidantes favoreciendo una alimentación más sabrosa y saludable.

⚠️ Precaución especial para grupos de riesgo

Los niños pequeños, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas inmunodeprimidas no deben consumir brotes crudos o poco cocidos.Prefiere solo los brotes cocidos o pasteurizados.

💬 Mensaje final: “El secreto está en cuidar tanto la higiene como el valor nutricional.”
Lava con agua segura, cocina con métodos suaves y aprovecha cada parte del vegetal.
Así, reduces el desperdicio, mejoras tu salud y contribuyes al bienestar del planeta. 🌎

 

🌎 Recomendaciones para un consumo responsable de frutas y verduras 

Comer frutas y verduras no solo mejora tu salud, sino que también puede ser un acto de cuidado ambiental y social.
Cada decisión que tomamos —qué compramos, cómo lo almacenamos y de dónde proviene— influye en la sostenibilidad del sistema alimentario.
Estas son algunas acciones prácticas para hacer de tu alimentación una forma de respeto hacia el planeta y las personas:

 ✅ Consume productos de temporada

  • Elige frutas y verduras de temporada que crecen naturalmente en tu región durante cada estación.

👉Cuando consumes lo que está en su momento natural de cosecha, los alimentos son más frescos, sabrosos, económicos, nutritivos y tienen menos residuos de pesticidas. Además, al producirse localmente se necesita menos energía para transporte y refrigeración, reduciendo la huella ambiental.

👀Al elegir productos de temporada favoreces a los agricultores locales.

Lee las recomendaciones para comprar de temporada. 

Consume variedad de frutas y verduras

  • Al consumir variedad de colores, tipos y especies de frutas y verduras, obtienes una combinación más completa de vitaminas, minerales y antioxidantes, y también apoyas una agricultura más diversa y sostenible.

👉 Una dieta monótona impulsa la producción de unos pocos cultivos a gran escala, generando monocultivos que degradan los suelos, consumen más agua y reducen la diversidad agrícola.

Incluye frutas y verduras autóctonas o locales

  • Las frutas y verduras autóctonas son parte del patrimonio alimentario de cada región, están adaptadas al clima y al suelo, y su cultivo suele requerir menos recursos naturales. Además, muchas de ellas aportan sabores únicos y un alto valor nutricional.

👉 Conócelas y pruébalas: explora los mercados locales, conversa con agricultores y descubre especies tradicionales que quizás nunca has probado. Recuperarlas y ponerlas en tu mesa es una forma de proteger la biodiversidad alimentaria y las culturas que la sostienen.

Reduce el desperdicio alimentario (Aquí recomendaciones)

Prefiere productos a granel y con menos envases

  • Evita las frutas y verduras envasadas en plásticos o bandejas desechables.
  • Compra a granel o lleva tus propias bolsas reutilizables de tela o malla.

💡 Esto reduce residuos plásticos y la huella de carbono asociada al embalaje y transporte.

Apoya la producción local y de proximidad

  • Compra en ferias, mercados locales o directamente a pequeños productores.

👉 Esto acorta la cadena de transporte, disminuye el uso de combustibles fósiles y fortalece la economía rural.

Opta por agricultura sostenible u orgánica

  • Cuando sea posible, elige frutas y verduras con certificación orgánica, agroecológica o de producción sustentable.

👉 Estos sistemas utilizan menos pesticidas y fertilizantes sintéticos, conservan los suelos y protegen la biodiversidad.

🌍 La Dieta Planetaria promueve este tipo de prácticas para garantizar alimentos saludables dentro de los límites ecológicos del planeta.

Anímate a cultivar tus propios alimentos

  • Si tienes espacio, crea un pequeño huerto urbano o comunitario.
  • Puedes cultivar hierbas aromáticas, tomates cherry o lechugas ecológicas en macetas, terrazas o balcones.

👉 Además de ser una fuente de alimentos frescos, es una actividad relajante y educativa para toda la familia.

📗 Guía útil:

Una huerta para todos. Manual de auto‑instrucción, FAO.

💬 Mensaje final: “Comer responsablemente no significa comer menos, sino comer mejor: alimentos frescos, locales y de temporada que nutran tu cuerpo y cuiden el planeta.” 🌍

🌎 Recomendaciones para reducir el desperdicio de frutas y verduras 

Casi un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o se desperdicia, y las frutas y verduras frescas son los productos que más se desaprovechan. Detrás de cada alimento que se pierde o desperdicia hay recursos naturales —agua, energía, tierra y trabajo— que también se pierden. La buena noticia es que cada persona puede marcar la diferencia con pequeños gestos cotidianos. Aquí te dejamos algunas recomendaciones que puedes empezar a incorporar desde hoy en tu rutina:

Planifica tus compras con anticipación. Haz una lista de compras antes de ir al mercado o supermercado, basada en un menú semanal y en las recomendaciones de consumo.

Almacena los alimentos correctamente (revisa la recomendaciones que te dejamos aquí).

Aprovecha los alimentos por completo (cáscaras, hojas, tallos comestibles). Muchas partes de frutas y verduras que solemos descartar —como tallos, hojas, cáscaras y semillas— son, en realidad, fuentes concentradas de fibra, vitaminas, minerales y compuestos antioxidantes. Al aprovecharlas mejoras la calidad nutricional de la dieta y reduces el desperdicio alimentario. Por ejemplo, puedes preparar chips de cáscara de papa o zanahoria, tortillas con tallos de acelga o brócoli, o aguas saborizadas con cáscaras de frutas. 

Composta los restos orgánicos para cerrar el ciclo de los alimentos. Los restos orgánicos no comestibles de frutas y verduras, restos de café o hojas secas son un recurso valioso que puede transformarse en compost, un abono natural rico en nutrientes. El compost mejora la calidad del suelo, estimula la vida microbiana y reduce la cantidad de desechos que terminan en vertederos.

Aprovecha los restos de frutas y verduras.  Convierte la fruta sobremadura en macedonias, compotas, batidos o mermeladas, y las verduras un poco mustias en cremas, sopas, tortillas o guisos caseros. Guarda las sobras en refrigeración o congélalas para prolongar su vida útil y aprovecharlas más adelante en caldos, batidos o nuevas preparaciones.  Así ahorras tiempo y reduces el desperdicio.  

Dale oportunidad a las frutas y verduras "feas". Cuando compras y consumes frutas y verduras “feas” —esas que tienen formas irregulares o pequeñas imperfecciones—ayudas a reducir el desperdicio alimentario y aprovechar alimentos perfectamente sanos y nutritivos. Puedes utilizarlas para preparar purés, sopas, guisos, mermeladas, conservas o batidos caseros, transformándolas en platos deliciosos y coloridos. 

Si tu país no cuenta con guías para reducir el desperdicios puedes revisar las siguientes guías:

💬 Mensaje final: Empieza hoy en tu cocina. Planifica, conserva, reutiliza y composta. Cada fruta o verdura que rescatas contribuye a una alimentación más saludable, sostenible y respetuosa con el planeta.🌎

🥗 Recomendaciones para aprovechar los nutrientes y compuestos saludables de frutas y verduras

Las frutas y verduras son mucho más que acompañamientos: son verdaderos escudos naturales que fortalecen tu sistema inmunológico, mejoran la digestión y protegen tus células gracias a su fibra, vitaminas, minerales y compuestos bioactivos. Pero para obtener todos sus beneficios, no basta con comerlas… ¡hay que saber cómo prepararlas y combinarlas!. 

Aquí te dejamos algunas recomendaciones y tips para aprovechar al máximo su fibra, vitaminas, minerales y compuestos saludables. 

Come frutas y verduras con su cáscara, siempre que sea segura y comestible.
👉 La piel concentra fibra, antioxidantes y fitoquímicos protectores.

Prefiere la fruta entera antes que en jugo, ya que aporta más saciedad y menos azúcar libre.

👀 Si preparas jugos naturales, que sean 100% fruta y sin azúcar añadida, y consúmelos inmediatamente después de prepararlos, para evitar la pérdida de vitamina C.

Varía los colores, tipos y texturas

Incluye diariamente frutas y verduras de distintos colores —verde, rojo, amarillo, naranja, morado y blanco—. Ninguna fruta o verdura aporta todos los nutrientes.

👉 Cada color representa un conjunto diferente de vitaminas, minerales y fitoquímicos con funciones protectoras en tu cuerpo.

🌈 Intenta que tu plato “tenga todos los colores del arcoíris”. Cuantos más colores naturales incluyas, mayor será la variedad de nutrientes y beneficios para tu salud.

Incluye diariamente al menos 1 verdura verde (espinaca, brócoli, acelga) y 1 fruta o verdura amarilla/naranja (zanahoria, durazno, mango o zapallo) para cubrir tus necesidades de folato y vitamina A.

✅ Alterna el consumo de frutas y verduras crudas y cocidas para aprovechar mejor sus nutrientes y beneficios.

👉 Las crudas conservan mejor sus vitaminas sensibles al calor, como la vitamina C, los folatos y ciertos antioxidantes, además de aportar texturas frescas y crujientes que favorecen la saciedad y la masticación consciente.

👉 Al cocinarlas mejoras la absorción de carotenoides y ciertos polifenoles, y se inactivan antinutrientes, facilitando la absorción de minerales como hierro, calcio y zinc.

💬 Mensaje final: "Convierte tu plato en un arcoíris saludable. Elige frutas y verduras de distintos colores, consúmelas con su cáscara cuando sea posible y alterna entre crudas y cocidas. Cada color, textura y forma de preparación aporta nutrientes únicos que trabajan juntos para cuidar tu salud. ¡Empieza hoy a llenar tu mesa de color, sabor y bienestar!

🥗 Recomendaciones para aumentar el consumo de frutas y verduras 

Aumentar el consumo diario de frutas y verduras es una de las decisiones más simples y poderosas para cuidar tu salud. 

 La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja consumir al menos 400 gramos al día —equivalentes a unas cinco porciones— para aprovechar plenamente sus aportes de fibra, vitaminas, minerales y compuestos protectores (OMS, 2023).

La dieta planetaria recomienda llegar a 500 g (5–6 porciones) para una alimentación saludable y sostenible 🌍.

La mayoría de las personas no alcanza la cantidad recomendada de frutas y verduras en su dieta diaria. El bajo consumo de frutas y verduras tiene un impacto directo en la salud. En 2017, se estimó que 3,9 millones de muertes en todo el mundo se debieron a una ingesta insuficiente de frutas y verduras (OMS, 2023). Por lo tanto, al incorporar más frutas y verduras a tu alimentación diaria no solo mejoras tu bienestar, sino que también previenes muchas de las principales enfermedades crónicas.

Aquí te dejamos algunas recomendaciones y tips para que las incluyas en tu dieta en cantidad y variedad suficiente.

Hazlas visibles y accesibles

  • Coloca las frutas y verduras en lugares visibles: una canasta colorida sobre la mesa o un bowl transparente en el refrigerador aumenta la probabilidad de consumirlas.
  • Guarda snacks listos para comer: palitos de zanahoria, bastones de apio, pepino en rodajas o trozos de piña fresca.
  • Prepara porciones pequeñas y prácticas para llevar al trabajo o la escuela.

Varía y experimenta

  • Prueba nuevas especies y variedades locales o exóticas (como guayaba, maracuyá, lychee o zapallo camote).
  • Combina colores y texturas: cada color aporta distintos fitoquímicos y antioxidantes.

Incorpóralas en todas tus comidas

  • Incluye frutas y verduras en cada momento del día:
  • Desayuno: combina fruta fresca o frutos secos con avena, yogur o pan integral.
  • Comidas y cenas: agrega verduras a pastas, guisos, arroz, tortillas o sándwiches.
  • Postres y colaciones: prefiere fruta entera, brochetas, compotas sin azúcar o chips de fruta al horno.
  • Elige platos con vegetales y postres a base de fruta cuando comas afuera.
💬 Mensaje final: Empieza hoy llenando la mitad de tu plato con frutas y verduras frescas, de todos los colores y texturas. Hazlas visibles, fáciles de tomar y parte de cada comida familiar. Cada porción cuenta —por tu salud, por tu familia y por el planeta. 🌎

🧒Recomendaciones para incrementar el consumo de frutas, verduras y frutos secos en niños


Fomentar el gusto por las frutas, verduras y frutos secos desde la infancia es clave para formar hábitos saludables de por vida. Los niños aprenden imitando, explorando y jugando, por eso es fundamental involucrarlos en el proceso de elección, preparación y consumo de los alimentos.

Sé un buen ejemplo

Los niños aprenden por imitación. Si te ven disfrutar frutas y verduras cada día, ellos también lo harán.
👉 Incorpóralas en todas tus comidas y compártelas en familia.

Involúcralos en la cocina

La participación activa genera curiosidad y autonomía alimentaria. Permitirles lavar, cortar (con supervisión), mezclar, crear o decorar las preparaciones aumenta su interés por probarlas.

🍽️ También se puede jugar con las formas: hacer “caritas”, brochetas coloridas o figuras divertidas con frutas y verduras.

✅ Hácelos partícipes en la compra

Invita a los niños a elegir frutas y verduras en el mercado o feria. Esto les da sentido de autonomía y conexión con los alimentos frescos.

💡 Propón elegir una fruta o verdura nueva cada semana.

👉 Las frutas y verduras coloridas llaman su atención y estimulan el deseo de probarlas.

✅ Ten opciones de frutas y verduras siempre visibles

Mantiene frutas lavadas y cortadas en fruteros o recipientes visibles o verduras listas para consumir en el refrigerador, ésto facilita el consumo diario.

👉 La disponibilidad visual influye en la elección: si lo ven, lo comen.

Ofrece variedad de colores, sabores y texturas

  • Cada color aporta distintos nutrientes y antioxidantes. Combinar sabores dulces, ácidos y crujientes aumenta la aceptación.
  • Alterna preparaciones que ofrecen distintas texturas: crudas, al vapor, salteadas, en puré o en salsas suaves.

👀 No sobrecocines las verduras, los niños las prefieren crujientes y coloridas.

Intégralas en preparaciones conocidas

Agregar verduras a pastas arroz, panqueques, sándwich, huevos, pizza integral, sopas o salsas, es una manera práctica de aumentar su consumo.

💡 Combina las verduras con salsas o aderezos que le gusten (como yogur, guacamole).

Refuerza la educación alimentaria

Conversa sobre por qué son importantes estos alimentos para crecer fuertes, tener energía y cuidar el planeta. Hazlo con lenguaje positivo:

❌ evita decir “tienes que comer”,

✔  mejor "vamos a probar algo nuevo y colorido”.

👉 Evita forzarlos a comer; es mejor fomentar la curiosidad y el gusto.

Ofrece colaciones saludables

Las colaciones son una excelente oportunidad para sumar frutas y verduras a la dieta diaria.

  •  Prefiere snacks naturales como frutas frescas o deshidratadas, bastones de zanahoria, tomatitos cherry o pan integral con palta.

👉 Evita los productos ultraprocesados con exceso de azúcar o sodio; reemplázalos por opciones simples, coloridas y fáciles de llevar.

💬 Mensaje final: “Cada pequeño cambio cuenta: una fruta más al desayuno, una verdura nueva a la cena o un snack de colores naturales en la lonchera pueden marcar la diferencia en su salud presente y futura 🌎". 

nino sorprendido coliflor

Referencias consultadas


Importancia Educacion Alimentaria

Dieta planetaria

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