Contenidos
- Introducción
- Los desafíos actuales: malnutrición y degradación ambiental
- ¿Qué propone la Dieta de Salud Planetaria?
- Dieta de referencia
- Plato de salud planetaria
- Brechas dietéticas entre el modelo actual y la Dieta Planetaria
- Beneficios de la dieta: para la salud humana y el planeta
- Barreras y oportunidades para su adopción
- Experiencias positivas en políticas públicas
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
La forma en que se alimenta la humanidad está en el centro de dos crisis interconectadas: la crisis de salud pública y la crisis ambiental. Millones de personas en el mundo padecen de malnutrición en distintas formas y de enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación; mientras los sistemas alimentarios actuales ejercen una presión insostenible sobre los recursos del planeta (1).
Desde el punto de vista sanitario, las dietas poco saludables están entre las principales causas de enfermedad y mortalidad en el mundo, superando al tabaquismo, el alcohol y otras conductas de riesgo (1,2). Se estima que 1 de cada 5 muertes en el mundo está relacionada con una mala alimentación. Sin embargo, más de un tercio de la población mundial —alrededor de 2.800 millones de personas— no pudo permitirse una dieta saludable en el año 2022, lo que refleja una profunda desigualdad en el acceso a alimentos nutritivos y adecuados para una vida saludable (3).
Desde un punto de vista ambiental, la producción de alimentos es uno de los sectores que más contribuye al cambio climático y el mayor impulsor de la degradación medioambiental. Se estima que la producción, procesamiento y transporte de alimentos genera aproximadamente el 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y consume más del 70% del agua dulce disponible (2).
Frente a este panorama, la Comisión EAT-Lancet, integrada por 37 especialistas de diversas disciplinas y países, presentó en 2019 un modelo de alimentación que busca garantizar tanto la salud humana como la sostenibilidad ambiental: la Dieta de Salud Planetaria. Esta propuesta combina la mejor evidencia científica disponible sobre nutrición, salud pública y límites ecológicos, y representa una herramienta clave para transformar los sistemas alimentarios actuales.
El presente artículo tiene por objetivo ofrecer una visión integral de la Dieta de Salud Planetaria, sus fundamentos científicos, beneficios y desafíos.
Los desafíos actuales: malnutrición y degradación ambiental
La alimentación mundial atraviesa un momento crítico. A pesar de los avances en la producción y distribución de alimentos, la malnutrición en todas sus formas sigue siendo uno de los principales desafíos del siglo XXI.
Según la OMS, 2.500 millones de adultos y más de 390 millones de niños y adolescentes tienen sobrepeso o viven con obesidad (4), mientras que 390 millones de adultos y 190 millones de niños y adolescentes tienen un peso insuficiente (5). En muchos países, incluso en un mismo hogar, pueden coexistir la desnutrición infantil y el exceso de peso en adultos, evidenciando las profundas desigualdades y fallos del sistema alimentario global (6).
Esta situación se agrava con el avance de las enfermedades no transmisibles (ENT) relacionadas con la alimentación, como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. En 2021, las enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, fueron responsables de la muerte de 43 millones de personas, correspondientes al 75% de las muertes globales (7).
Se estima que la mala alimentación es responsable de aproximadamente 11 millones de muertes al año, lo que la convierte en el principal factor de riesgo evitable a nivel mundial (2).
Por otro lado, los sistemas alimentarios actuales son una de las principales causas de la crisis ambiental. En la producción de alimentos se utilizan cantidades considerables y cada vez mayores de recursos ambientales, como la tierra y el agua. La producción de alimentos es responsable de hasta el 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, del 70% del uso de agua dulce, y la agricultura ocupa alrededor del 40% de la tierra mundial (2,8).
Además de las emisiones de gases de efecto invernadero, consumo excesivo de agua y tierra, la producción intensiva de alimentos contribuye a la deforestación, la pérdida de biodiversidad y la contaminación de suelos y aguas debido al uso excesivo de fertilizantes y pesticidas. La ganadería, especialmente la producción de carne roja es responsable de una parte significativa de estos impactos ambientales (2).
El modelo alimentario global necesita una transformación profunda. Asegurar dietas saludables y sostenibles para una población en crecimiento sin superar los límites planetarios exige una transición hacia patrones de alimentación más sostenibles, equitativos y resilientes (2).
¿Qué propone la Dieta de Salud Planetaria?.
La Dieta de Salud Planetaria (DSP) es un modelo de alimentación desarrollado por la Comisión EAT-Lancet en 2019, que establece objetivos científicos para lograr una dieta saludable dentro de los límites sostenibles del planeta. Se basa en una alimentación predominantemente de origen vegetal, con una reducción significativa del consumo de alimentos de origen animal, especialmente carnes rojas y procesadas.
Principios fundamentales
La propuesta de la DSP se construye sobre tres principios clave:
Promover la salud humana: mejorar la nutrición y reducir la incidencia de malnutrición en sus diferentes formas (incluida las ENT) y la mortalidad atribuible a una mala alimentación.
Proteger los ecosistemas: reducir los impactos ambientales asociados a la producción de alimentos.
Ser culturalmente adaptable: respetar las tradiciones y contextos alimentarios locales.
Para establecer los objetivos de una dieta saludable, la Comisión EAT-Lancet se basó en la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entendida como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad. Estos objetivos fueron fundamentados en una extensa revisión de la literatura científica sobre alimentos, patrones dietéticos y resultados en salud. Se consideraron especialmente estudios epidemiológicos de largo plazo, que involucraron a centenares de miles de personas durante varias décadas, aportando evidencia robusta sobre los efectos del consumo alimentario en la salud humana.
Dieta de referencia
En base a las mejores evidencias científicas disponibles, la Comisión propuso una dieta de referencia destinada a optimizar la salud humana. Esta dieta se expresa en objetivos cuantitativos o recomendaciones de ingesta diarios para cada grupo de alimentos, junto con rangos de ingesta posibles que permiten adaptaciones culturales y personales. Por ejemplo, en el caso de la fruta, se establece un objetivo o recomendación de 200 g/día, con un rango posible entre 100 y 300 g/día (Tabla 1). Este enfoque permite mantener la flexibilidad dietética sin comprometer los beneficios para la salud.
En la siguiente tabla se indican los objetivos científicos para una dieta de salud planetaria, con posibles rangos, para una ingesta de 2500 kcal/día. Este ingesta calórica corresponde a las necesidades energéticas medias de un hombre de 70 kg. de 30 años y una mujer de 60 kg de 30 años con un nivel de actividad moderado a alto. La ingesta calórica óptima dependerá de la estatura, sexo y nivel de actividad física (entre otros factores).
Tabla 1. Objetivos científicos para una dieta de salud planetaria, con posibles rangos, para una ingesta de 2500 Kcal/día
Grupo de alimentos | Cantidad diaria (g) | Rango posible (g) | Calorías por día |
---|---|---|---|
🌾 Cereales integrales | |||
Cereales integrales (arroz, trigo, maíz y otros) | 232 | — | 811 |
🥔 Tubérculos o vegetales almidonados | |||
Patatas, yuca y similares | 50 | 0–100 | 39 |
🥦 Verduras | |||
Verduras (todo tipo) | 300 | 200–600 | 78 |
🍏 Frutas | |||
Frutas (todo tipo) | 200 | 100–300 | 126 |
🥛 Productos lácteos | |||
Leche entera o equivalentes | 250 | 0–500 | 153 |
🍗 Proteínas animales | |||
Carne roja (ternera, cordero, cerdo) | 14 | 0–28 | 30 |
Pollo y otras aves | 29 | 0–58 | 62 |
Huevos | 13 | 0–25 | 19 |
Pescado | 28 | 0–100 | 40 |
🌱 Proteínas vegetales | |||
Legumbres | 75 | 0–100 | 284 |
Nueces y semillas | 50 | 0–75 | 291 |
🫒 Grasas añadidas | |||
Aceites insaturados | 40 | 20–80 | 354 |
Aceites saturados | 11.8 | 0–11.8 | 96 |
🍬 Azúcares añadidos | |||
Todo tipo de azúcares añadidos | 31 | 0–31 | 120 |
Nota. Adaptado de Resumen ejecutivo en español: Dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles, por Comisión EAT-Lancet, 2019, EAT–Lancet Commission.
La dieta de referencia incluye una ingesta diaria abundante de alimentos de origen vegetal, como frutas y verduras. La mayor proporción de las calorías diarias proviene de cereales integrales (32%), legumbres, frutos secos y semillas. Las proteínas provienen principalmente de fuentes vegetales como legumbres, frutos secos y semillas. Las grasas que predominan son las insaturadas, con una baja proporción de grasas saturadas. Los azúcares adicionados representan como máximo el 5% de las calorías diarias (Gráficos 1 y 2).
El consumo de lácteos y proteínas de origen animal es opcional y restringido. Se limita drásticamente el consumo de carne roja, limitándolo a un máximo de 14 g al día, lo que equivale hasta 1 porción de carne semanal. Esta recomendación se basa en las contundentes evidencias que relacionan el alto consumo de carne roja con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer colorrectal y mortalidad general. Además del alto impacto ambiental asociado a su producción.
Esta dieta es flexible y adaptable. Sus principios son compatibles con una amplia variedad de alimentos, sistemas agrícolas, tradiciones culturales y preferencias alimentarias individuales. Además, sus componentes pueden integrarse fácilmente en distintos patrones dietéticos, incluyendo opciones omnívoras, vegetarianas y veganas.
Para más información sobre la Dieta Planetaria y los Grupos de Alimentos, haz clic aquí.
Figura 1: Gráfico de bara para la ingesta promedio diaria (g/día) y calorías diarias (Kcal/día) por grupo de alimentos
Figura 2: Gráfico de torta para la distribución de calorías (%) por grupo de alimentos
La dieta planetaria es coincidente con los patrones dietéticos saludables respaldados por múltiples evidencias científicas, y que presentan las siguientes características:
- Fuentes de proteínas principalmente de origen vegetal, como legumbres, quinua, soya, frutos secos y semillas.
- Consumo opcional de proteínas de origen animal. Consumo opcional o moderado de pescados (especialmente ricos en omega-3), aves y huevos, y un consumo opcional o bajo de carne roja, evitando o reduciendo al máximo carnes procesadas.
- Grasas principalmente de fuentes vegetales insaturadas, con una ingesta baja de grasas saturadas y sin aceites parcialmente hidrogenados.
- Carbohidratos provenientes principalmente de cereales integrales, con una ingesta baja de cereales refinados y menos del 5% de energía de azúcar.
- Al menos 5 porciones de frutas y verduras diversas por día (la papa no es considerada verdura).
- Consumo opcional o moderado de lácteos.
El "Plato de Salud Planetaria"
Una forma gráfica de comprender esta propuesta es mediante el plato de salud planetaria (imagen). La mitad del plato está cubierto con verduras y frutas de diferentes colores. La papa no está considerada como verdura. La otra mitad consiste principalmente en cereales integrales, fuentes de proteínas vegetales (Ej.: legumbres, quinua, soya, frutos secos y semillas) y aceites vegetales insaturados (Ej. aceite de oliva, aceite de canola). Opcionalmente se podrían incluir cantidades modestas de proteínas de origen animal.
Figura 3: Representación gráfica del plato de salud planetaria
Nota. Tomado de Resumen ejecutivo en español: Dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles, por Comisión EAT-Lancet, 2019, EAT–Lancet Commission. https://eatforum.org/content/uploads/2019/07/EATLancet_Spanish_Pages.pdf
Figura 4: Ejemplos de platos que se ajustan a la dieta de salud planetaria
Nota. Tomado de Resumen ejecutivo en español: Dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles, por Comisión EAT-Lancet, 2019, EAT–Lancet Commission. https://eatforum.org/content/uploads/2019/07/EATLancet_Spanish_Pages.pdf
Brechas dietéticas entre el modelo actual y la Dieta Planetaria
Los actuales patrones alimentarios a escala mundial y en la mayoría de las regiones no son saludables, ni sostenibles. Existe una importante brecha entre los patrones alimentarios actuales y las recomendaciones establecidas por la Dieta de Salud Planetaria. Esta brecha no solo representa una amenaza para la salud pública, sino también para la sostenibilidad del planeta.
En la imagen se muestra la “brecha dietética” entre los patrones actuales y la ingesta de alimentos en la dieta de salud planetaria. Los valores negativos (en azul) representan un consumo menor al recomendado, mientras que los valores positivos (en rojo) indican un exceso de consumo.
Exceso de consumo:
• Las carnes rojas y procesadas presentan los mayores excesos, especialmente en Europa, América Latina, América del Norte y Oceanía, con desviaciones de hasta 790%.
• Productos lácteos también se consumen en exceso en Europa y América del Norte.
Déficit alarmante:
• El consumo de frutas, vegetales, frutos secos y cereales integrales está muy por debajo de lo recomendado, con déficits de hasta -87% en varias regiones.
• Legumbres también muestran una ingesta insuficiente a nivel global.
Casos particulares:
• África y Asia presentan un menor consumo de productos de origen animal, pero también un déficit preocupante en frutas, vegetales y legumbres.
• Asia Oriental necesita disminuir la ingesta de pescado, mientras que África debe reducir el consumo excesivo de verduras almidonadas como yuca y ñame.
• América Latina supera en 656% la recomendación para carnes procesadas y en 395% la carne roja. El consumo de frutas y verduras está muy por debajo de lo recomendado, con déficits del -54% en frutas y vegetales, y -45% en frutas.
• América del Norte tiene uno de los consumos más desequilibrados, con un exceso de carnes y productos lácteos, y un gran déficit en alimentos vegetales.
El panorama alimentario actual requiere cambios urgentes para alinearse con una dieta más equilibrada y sostenible. Estas diferencias no solo reflejan desequilibrios nutricionales, sino también ineficiencias ecológicas, ya que los alimentos de mayor impacto ambiental (como la carne roja y los productos lácteos en exceso) son precisamente los que más se consumen.
Retos y oportunidades
1. Reducción del consumo de carne: América Latina, América del Norte, Europa y Oceanía deberán reducir sustancialmente el consumo de carne. Por ejemplo América Latina deberá reducir su consumo casi 4 veces. Dado el alto consumo de carnes rojas y procesadas, es clave promover fuentes alternativas de proteína como legumbres y frutos secos.
2. Reducción del consumo de patatas en algunas regiones
3. Fomento del consumo de vegetales: La ingesta de frutas, verduras y cereales integrales debe duplicarse o más para acercarse a una alimentación equilibrada.
Reducir esta brecha considerando la realidad de cada región, implica transformar tanto el comportamiento individual como los entornos y sistemas alimentarios. Esto requiere un esfuerzo colectivo que involucre a consumidores, profesionales de la salud, educadores, gobiernos, industria alimentaria y medios de comunicación.
Beneficios de la dieta: para la salud humana y el planeta
Adoptar la Dieta de Salud Planetaria no solo mejora la salud individual, sino que también representa una estrategia poderosa para avanzar hacia un sistema alimentario más sostenible. Diversas investigaciones coinciden en que la transición hacia este modelo alimentario —basado en alimentos de origen vegetal y bajo consumo de carnes rojas y procesadas— puede tener un impacto positivo tanto en la prevención de enfermedades como en la reducción de la huella ambiental.
Beneficios para la salud humana
Estudios científicos han demostrado que las dietas mayoritariamente vegetales se asocian con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad y ciertos tipos de cáncer. Se estima que la adopción global de esta dieta podría evitar hasta 11 millones de muertes prematuras por año, gracias a mejoras en la calidad nutricional y a la reducción de factores de riesgo asociados a la dieta poco saludable (Willett et al., 2019).
Un análisis de cohortes de 2016 concluyó que reemplazar solo el 3% de las calorías provenientes de carne por proteínas vegetales se asocia con una reducción del 12% en la mortalidad total, y hasta un 34% si se sustituye carne procesada
(Song et al., 2016, JAMA Internal Medicine).
Song, M., Fung, T. T., Hu, F. B., Willett, W. C., Longo, V. D., Chan, A. T., & Giovannucci, E. L. (2016). Association of Animal and Plant Protein Intake With All-Cause and Cause-Specific Mortality. JAMA Internal Medicine, 176(10), 1453–1463. https://doi.org/10.1001/jamainternmed.2016.4182
Según las estimaciones del último informe de Nutrición (2021) alimentación no saludable fue responsable de más de 12 millones de muertes evitables en 2018, lo que representa el 26% de todas las muertes entre la población adulta. Alrededor de dos tercios de las muertes evitables (9,3 millones, el 65%) están relacionadas con la composición de la alimentación. Las principales causas de muertes se asociaron con:
Baja ingesta de frutas (2,8 millones muertes evitables)
Bajo consumo de cereales integrales (2,3 millones muertes)
Bajo consumo de verduras (1,7 millones)
Bajo consumo de legumbres (1,5 millones)
Bajo consumo de frutos secos y semillas (1 millón).
Ato consumo de carnes rojas (980.000)
Alto consumo de carnes procesadas (880.000)
Este análisis de muertes evitables por mala alimentación se vincula directamente con los principios de la Dieta de Salud Planetaria, ya que reafirma su enfoque en una alimentación basada en plantas, rica en cereales integrales y muy bajo o cero consumo de carnes rojas y procesados.
Beneficios para el planeta
La Dieta de Salud Planetaria no solo promueve una alimentación saludable, sino que también tiene como objetivo mantener la producción y el consumo de alimentos dentro de los límites planetarios.
Esto incluye reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el uso excesivo de agua dulce, la ocupación de suelos, y la contaminación por nitrógeno y fósforo.
Reducción de gases de efecto invernadero
Los sistemas alimentarios son responsables de entre el 25 % y el 33 % de las emisiones globales de GEI, y los productos de origen animal —principalmente carne y lácteos— representan el 52 % de las emisiones del sector agrícola.
Una sola porción de carne roja genera 180 veces más gases de efecto invernadero que una porción de frijoles.[9] La carne de vacuno, incluso en los sistemas de producción más eficientes, emite 10 veces más GEI y utiliza 19 veces más tierra que el tofu. El queso también tiene una huella climática significativa: sus emisiones son 1,5 veces mayores que las del tofu y duplica su uso de suelos.
Sinclair, K., Jahns, L., Erndt-Marino, J., & Springmann, M. (2025). Sustainability in food-based dietary guidelines: A review of the evidence and methodologies and recommendations for future integration. Annals of Medicine, 57(1), 1–11. https://doi.org/10.1080/07853890.2025.2470252
Uso eficiente del agua y del suelo
Las dietas basadas en plantas requieren menos agua y menos superficie agrícola en comparación con las dietas altas en productos animales. Por ejemplo, la leche de vaca produce en promedio 3 veces más GEI, usa 11 veces más tierra y necesita 1,5 veces más agua dulce que las bebidas vegetales. Sustituir carne y lácteos por legumbres, cereales integrales, frutas y verduras puede reducir significativamente la presión sobre los recursos naturales.
Protección de la biodiversidad
La expansión de tierras agrícolas para la producción ganadera es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel global. La reducción en el consumo de productos animales disminuiría la necesidad de deforestación y de uso intensivo del suelo, favoreciendo la conservación de hábitats y especies vulnerables.
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Eutrofización
La eutrofización es uno de los impactos más relevantes derivados del uso excesivo de fertilizantes nitrogenados y fosfatados en la producción de alimentos. Este fenómeno ocurre cuando el exceso de nutrientes, como nitrógeno y fósforo, se acumula en cuerpos de agua dulce o marinos, provocando un crecimiento desmesurado de algas. Esto puede generar zonas hipóxicas (sin oxígeno), provocando la muerte de peces y afectando gravemente la biodiversidad acuática
Según la Comisión EAT-Lancet, los productos de origen animal —y en particular la carne roja— generan impactos desproporcionadamente altos en términos de uso de recursos naturales, incluyendo el uso de fertilizantes nitrogenados y fosfatados, responsables directos de la eutrofización. En comparación, alimentos como legumbres, vegetales o cereales integrales tienen una huella de eutrofización muchísimo menor (imagen).
Impacto ambiental por grupo de alimentos
La siguiente imagen muestra el impacto ambiental de diferentes grupos de alimentos. Los datos muestran que los alimentos de origen vegetal —como legumbres, frutas, verduras y cereales— tienen un impacto ambiental mucho menor en todos los indicadores: emisiones, uso de suelo, consumo energético, acidificación y eutrofización. En contraste, la carne de rumiantes es el alimento más contaminante, muy por encima del resto de los grupos evaluados.
Por último, un estudio reciente de la Universidad de Harvard (Knuppel et al., 2023) con datos de más de 200,000 personas seguidas durante más de tres décadas, evaluó el impacto combinado en salud y medio ambiente. Sus hallazgos destacan que la adherencia a la Dieta de Salud Planetaria se asocia con:
• 30% menos riesgo de muerte prematura por enfermedades crónicas
• 29% menos emisiones de gases de efecto invernadero
• 51% menos pérdida de biodiversidad
• 21% menos uso de fertilizantes
Fuente: Knuppel et al., 2023 – AJCN
Knuppel, A., Papier, K., Key, T. J., Chan, Q., Danielewicz, A., Souverein, O. W., ... & Hu, F. B. (2023). Adherence to the planetary health diet and risk of total and cause-specific mortality: findings from three prospective cohort studies. The American Journal of Clinical Nutrition, 118(1), 35–49. https://doi.org/10.1016/j.ajcnut.2023.04.016
Este estudio demuestra que adoptar un patrón alimentario saludable no solo mejora la calidad y la expectativa de vida, sino que también representa una contribución significativa a la sostenibilidad del planetaFood-in-the-Anthropocen….
En resumen, la adopción de la dieta planetaria basada principalmente en alimentos de origen vegetal, y bajo consumo de proteinas de fuente animal especialmente carnes rojas, representa un eficaz estrategia para frenar la crisis climática, proteger recursos naturales y preservar la vida en el planeta.
Barreras y oportunidades para su adopción
A pesar de los múltiples beneficios que ofrece la Dieta de Salud Planetaria, su implementación a gran escala enfrenta importantes desafíos sociales, económicos, culturales y políticos. Comprender estas barreras es clave para desarrollar estrategias efectivas de promoción e inclusión en políticas públicas.
Principales barreras
• Factores económicos: en muchas regiones, los alimentos frescos, saludables y sostenibles suelen tener un precio más alto o son menos accesibles que los productos ultraprocesados. Esto puede generar desigualdades en el acceso a una alimentación adecuada.
• Hábitos alimentarios y preferencias culturales: el consumo de productos de origen animal, especialmente carnes rojas, está fuertemente arraigado en muchas tradiciones culinarias. Cambiar patrones culturales requiere tiempo, educación y sensibilidad social.
• Falta de información y educación alimentaria: gran parte de la población no dispone de información clara y basada en evidencia sobre los efectos de la dieta en la salud y el ambiente, lo que dificulta decisiones alimentarias conscientesWHO-NMH-NHD-18.10-spaInforme_N__07_21_Sistem….
• Entornos alimentarios desfavorables: la disponibilidad y promoción masiva de productos ultraprocesados en supermercados, escuelas y medios de comunicación dificulta la adopción de opciones más saludables y sostenibles.
Oportunidades y estrategias
• Actualización de guías alimentarias nacionales: algunos países ya han comenzado a incorporar criterios de sostenibilidad ambiental en sus guías, lo que representa un paso clave hacia sistemas alimentarios más integradosThe_planet_on_our_plate….
• Políticas públicas y subsidios inteligentes: redirigir subsidios agrícolas hacia la producción de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales puede mejorar la disponibilidad y reducir costos de estos alimentos.
• Educación alimentaria desde edades tempranas: incluir en los programas escolares contenidos sobre alimentación saludable y sostenible, con el objetivo de desarrollar capacidades que fomenten hábitos y estilos de vida coherentes con la salud personal y la del planeta, constituye una herramienta poderosa para generar conciencia desde la infancia
• Formación profesional en salud y nutrición: capacitar a los equipos de salud en enfoques alimentarios sostenibles permite que transmitan recomendaciones prácticas y culturalmente adaptadas a distintos grupos de poblaciónHealthyPlate-HealthyPla…WalterWillet_Heidelberg….
• Innovación y gastronomía sostenible: chefs, influencers y comunicadores juegan un papel relevante en la revalorización de alimentos locales, vegetales y tradicionales, promoviendo el cambio desde lo cotidiano.
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Experiencias positivas en políticas públicas relacionadas con la Dieta de Salud Planetaria
Diversos países y regiones han comenzado a implementar políticas públicas alineadas con los principios de la Dieta de Salud Planetaria. Estas experiencias ofrecen ejemplos concretos de cómo se pueden promover entornos alimentarios más saludables y sostenibles a través de acciones coordinadas en diferentes sectores. A continuación, se presentan algunas iniciativas destacadas:
Conclusiones
La Dieta de Salud Planetaria representa un modelo alimentario integral que responde a dos de los mayores desafíos del siglo XXI: mejorar la salud humana y preservar los sistemas naturales del planeta. Basada en evidencia científica sólida, esta dieta propone una transición hacia un patrón más vegetal, diverso, nutritivo y ambientalmente sostenible.
A pesar de su potencial transformador, el camino hacia su adopción global no está exento de obstáculos. Las brechas entre las dietas actuales y las recomendaciones son amplias, especialmente en regiones como América Latina y el Caribe, donde coexisten problemas de malnutrición, sobrepeso, inseguridad alimentaria y presión ecológica. Sin embargo, también existen experiencias positivas, políticas emergentes y herramientas educativas que abren oportunidades para el cambio.
La participación activa de profesionales de la salud, educadores, formuladores de políticas y la ciudadanía en general será esencial para avanzar hacia sistemas alimentarios más justos, resilientes y saludables. Adoptar la Dieta de Salud Planetaria no implica renunciar al placer de comer ni a las culturas alimentarias locales, sino revalorizar los alimentos que nutren, cuidan y conectan a las personas con su entorno.
La transformación alimentaria es una tarea urgente y colectiva. En cada plato existe una oportunidad para promover la salud y proteger la vida en el planeta.